El viernes al llegar a clase, la puerte estaba cerrada, y la profe no nos dejaba entrar. Nos dijo que el mago nos había dejado un nuevo regalo, tan grande, tan grande, que no cabía en su caja. ¿Os imagináis qué puede ser?
Ya sentados en la alfombra, estuvimos curioseando nuestro regalo: son dos pizarras, una negra, en la que se pinta con tizas, y otra blanca, en la que sólo se pueden usar rotus especiales. Como no queremos que se nos estropee, la profe nos ha pegado los rotus en la pizarra blanca con velcro, y así nunca nos equivocamos.
Pero hay algo más, nuestra pizarra es MÁGICA: si extendemos el papel continuo que está colgado debajo, ¡se convierte en un caballete!
Fue muy divertido para todos poder utilizarla, y lo hicimos con muchísimo cuidado (así el mago nos hace muchos más regalos).
Pero hay algo más, nuestra pizarra es MÁGICA: si extendemos el papel continuo que está colgado debajo, ¡se convierte en un caballete!
Fue muy divertido para todos poder utilizarla, y lo hicimos con muchísimo cuidado (así el mago nos hace muchos más regalos).
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