Ser profe es muy duro, durísimo: tantos niños, tantos trabajos... Menos mal que al mago se le ocurrió la idea de regalarnos el gorro de mago. Así, cada día, uno de nosotros se convierte en el "mago maesto" y ayuda a las profes a hacer muuuuuuchas cosas, como pasar lista, mirar el tiempo que hace, repartir las galletas o bocatas, ser el maquinista del tren...
Un trabajo duro y agotador, pero lo hacemos fenomenal. ¿Queréis verlo?
1 comentario:
Que bien que aprendan tantas cosas...y cuantas ideas tenéis para hacer en clase, me imagino cuanto trabajo y cuanto tiempo lleva preparar todo...pero la recompensa imagino sea verlos felices y ver sus caras de sorpresa con toda esa magia.
Por último felicitar al niño que ha echo los bocadillos de mortadela... Genial!!
Mamá de Álvaro
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